2006-07-05

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Acabo de llamar a mi hija Amanda a Gotland – la isla más grande de Suecia y en cuyo norte vive Ingmar Bergman - donde se encuentra vacacionando con el padre.

“Te ha llegado una carta de la Escuela de Artes Escénicas, la abro? le dije sabiendo que eran momentos de gran tensión para ella.

Si por favor, hazlo! Me contestó con su amabilidad de (casi) siempre.

Al llamarla ya tenía mi añoso abrecartas de marfil en la mano por lo que no tardé muchos segundos en darle la noticia que estaba esperando.

¡Has sido seleccionada, felicitaciones!

Lágrimas contenidas la abandonaron ruidosamente y desde este lado del la conexión telefónica oí como el padre la abrazaba y le susurraba (parte de su sabiduría) apoyándola en su fuerte sentimiento.

Esto cambiará mi vida, estoy dejando de ser niña oí que (se) decia.

Aunque hablaba conmigo había un matíz de “pensando en voz alta” en sus palabras...


Mientras a mi se me pasaban escenas de su vida por la mente...

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3 comentarios:

Palabras del Alma dijo...

Al leer su post se me hizo un undo en la garganta, primero porque me veo a mi misma en algunos años y porque no me imagino el momento, en que me dé cuenta de que mi hijo dejó de ser un bebe, y que ya es hora de que siga su propio camino.
Felicidades a usted, por que en el exito de los hijos se refleja el trabajo de sus padres en la educacion y a su hija le deseo exito en todo lo que se proponga.

May@ dijo...

Gracias Palabras del Alma! Le transmitiré a mi hija tus buenos deseos.

No te preocupes por no poder imaginar ese momento aún. A su debido tiempo, si lo ves a él tal cual es, sabrás ser sabia y generosa y entenderás que es hora de retroceder un paso.

Dale “tiempo al tiempo” y tu tiempo a estedes!

Mix dijo...

Bien por tu hija!! AAAHHH CUAndo los pibes se hacen grandes!!!! BUAAAAAAAA